CUADERNO SOLO

Sayama



I
sayama y yo
nos hicimos amigos
en otra ciudad, 
acá la tardecita tranquila
no acompañaría;
los autos dando la vuelta del domingo
el olor a las garrapiñadas 
las manzanas
el azúcar
necesitábamos del ruido
otra cosa



II
sayama es hermoso
tiene los ojos celestísimos
y mucha altura
para decir las cosas




III
Miro a sayama y veo un mundo:
se le sonrojan las mejillas
las manos suaves, 
sostienen
cigarrillos finísimos
el humo sale de su boca
se dibujan las 
filigranas
todo en él es perfume



IV
Ni bien nos conocimos,
a los diez minutos
vino sayama y me dijo:
sabés, soy gay
tengo una sensibilidad ofensiva
soy un militante



V
ahora sayama y yo caminamos por el pueblo
vamos de un lado al otro
miramos las plantas
me dice qué linda es esta hierba!
yo junto de las hojas, de las flores y nos hacemos un te
nos vamos de picnic y le leo
a Pedro, 

"Aquí está mi cara
Hablo por mi diferencia
Defiendo lo que soy
Y no soy tan raro
Me apesta la injusticia"

a sayama le encanta el manifiesto
sobre todo la parte esa
"porque al hijo se le dobla la patita"
pasa de la rabia 
a lo dulce
enseguida
se le hacen pocitos cuando se rie
se corre el pelo con una mano
corta el pasto con los dedos 
de la otra
-ay, el olor a pasto cortado con los dedos-
escuchamos canciones
la tarde se pasa
sayama llora



VI
al perro lo paseamos juntos
sayama y yo
viene por el parque
dando saltitos
ladra suave
sayama rie



Tormenta


estoy sacando de la casa
las flores marchitas los pétalos
que se secan de afuera hacia adentro
como la tristeza:
una familia vive
en la casa del paso a nivel
escuchan paso doble
a la hora del almuerzo
bailan alrededor
de una mesa con
hule de peras y manzanas
flores
migas y pedazos del pan
platos transparentes
eva
maría
y victoria son nombres de hijas
de exiliados
las niñas buenas soplan molinitos de papel
saltan
con sus vestidos blanquísimos
todas juntas
entre los agropiros
soplan
a los panaderos
toda su fuerza
burbujas que largan al aire
con todos los pulmones
hay un descampado
se mueven los árboles
las ramas crujen
un circo nuevo
llega al pueblo
rugen
los leones, los payasos
silban mientras los alimentan
la gente se alegra
porque se acerca la cosecha
¿talvez llueva hoy?
los hijos, salen
a la calle con barcos de papel
las madres caminan
al costado de la ruta
silencio
un pájaro se posa en
el alambrado
-el límite entre-
el segundo antes
y el segundo después
del inicio de la tormenta



dos



la perra de al lado
tuvo los perros
anoche
el corazón le latía
los ojos 
le brillaban
mientras paría los hijos
cantaban los grillos
una ceremonia
en medio de la noche
como en un sueño
escuchaba los gemidos
las tímidas vocecitas de
los cachorros
algo en mi
se despertaba
se estremecía
la vigilia:
el pequeñísimo límite entre
lo real
y el resto de las cosas
el ruido de los grillos
las ramitas volando
el olor a sauce
un rocío
el viento



*

al perrito muerto lo cubrimos de hojas
rojas
le hicimos un altar con las uvas
que se murieron casi en
su misma epoca
de las hojas secas brotaron cosas:
pequeñas plantas,
semillas
un limón
otros racimos

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