Culpineño





Ser boliviano. Vivir en un pueblo de poca gente. Llegar de un lugar que nadie conoce. Llegar con la familia, llegar con los hijos. Llegar después de treinta y dos horas de viaje, un día con mucho viento. Bajar en la plaza. Conseguir un trabajo. Ir al campo. Conocer un patrón. Hacer cebolla. Escardillar, sembrar, cosechar, descolar, apilar. Correr. Aprender a financiar el cultivo. Integrarse a otros. Aprender los negocios cotidianos. Aprender de mediería y arrendamiento. Decidir.

Mandar a los hijos a la escuela. Escuchar el idioma, recordarlo, asumirlo, imitarlo. Escuchar la radio. Hacer el trámite de la precaria. Conseguir lugar en la cuadrilla. Aprender el descolado a cuchillo. Aprender a cocinar sin maíz. Ir a un supermercado. Hacer la cola del banco. Anotarse en la asignación. Aprender a usar el cajero automático. Ir a las reuniones de la escuela. Comprar la mochila a los hijos. Sacar en cuotas. Mandar un giro por correo. Conseguir finalmente la precaria. Negociar por bolsas de urea granulada. Tomar una cerveza. Hablar quechua en la intimidad de la casa. Enseñar el oficio agricultor a un hijo. Salir a dar una vuelta el domingo. Ir a la iglesia. Rezar a la virgencita de Copacabana. Participar de la cooperadora.

2 comentarios:

Ana Miravalles dijo...

Impresionante, Caro
esto me resulta tan cercano.
Un beso
Ana

Caro Pellejero dijo...

la lista de un inmigrante es muy amplia. besos Ana, ojalá nos veamos pronto!
te leo siempre. me encanta